Gran mono, semejante al papión, de las tierras altas etiópicas. Aunque tan grande como la mayor parte de los papiones, y dotado de cara también grande de un tipo de dimorfismo sexual similar al de éstos, no es un verdadero papión; está más estrechamente relacionado con los macacos y margabeys. El alargamiento facial, tan marcado en el papión, se produce de manera diferente: en lugar de un morro largo y delgado, con los orificios nasales en la punta, el gelada presenta una cara alargada, con mandíbulas pesadas y una nariz chata que no ocupa la punta del hocico, grueso y cuadrado. La cara presenta surcos a ambos lados del hocico. El pelaje es entre amarillo y pardo, con manchas desnudas y rosadas en el tórax; estas manchas se juntan en el centro. En la hembra hay una "gargantilla" de eminencias averrugadas alrededor de la mancha torácica; en la época del estro, esta gargantilla se hace muy prominente y la mancha adquiere un tono rojo brillante, muy semejante al de un "corazón sangrante". Este indicador cíclico sustituye a la tumescencia perineal que se advierte en los papiones, mangabeys y macacos, e indudablemente debe su origen a los prolongados períodos en los que permanece sentada, durante los cuales el tórax es más visible que las partes traseras.
El gelada se alimenta principalmente de semillas, hojas de hierba y ramos tiernos, que recoge sentándose en un lugar y que va guardando en la mano hasta que tiene un puñado, en cuyo momento se los lleva a la boca. Difiere en eso del papión, que se alimenta mientras anda, cortando trozos y llevándoselos a la boca uno a uno. Diversas adaptaciones coadyuvan al hábito de sentarse típico del gelada: capas adiposas en las nalgas, además de las duras callosidades des isquion; existencia de la piel sexual de las hembras en las mamas como ya se ha dicho; cortedad relativa de los miembros inferiores, especialmente el fémur. Como adaptación para la aprehensión, el pulgar es largo, más que en los restantes primates (con excepción del hombre). Y como adaptación para la pesada dieta, los dientes son grandes y los molares tienen cúspides altas. También poseen fuertes músculos mandibulares. El macho tiene una pesada capa de largo pelo y párpados blancos.
Los geladas viven en grandes grupos y a veces se alimentan todos juntos. En otras ocasiones, el grupo se disgrega en otros grupos menores, cada uno de ellos con un macho, y constituye así unidades que se recuerdan a las típicas del hamadríade, pero estructuradas de distinta manera. Entre los hmadríades, en efecto, el macho se asocia a varias hembras que mantiene cerca de sí, mientras que, en el caso del gelada, asocia a sí a una hembra, ésta a otra y así sucesivamente. Se establecen, pues, una serie de relaciones diádicas, en virtud de las cuales la parta dominante ( macho o hembra) asocia a sí a la sometida y la cubre (si se trata de una hembra), a la par que trata de impedir que interactúe con otros miembros de la unidad. Por su parte, la hembra dominante trata de impedir que el macho copule con la segunda hembra, aunque sin lograrlo en realidad, y el macho se asocia, de hecho, a todas las hembras.
Por lo general, los machos no se muestran agresivos unos con otros. En cautividad, su status relativo es establecido por el macho que se asocia así a la hembra más robusta. El macho sometido hace un continuo movimiento conciliador, consistente en mover hacia la derecha y hacia atrás el labio superior, con lo cual expone su rosada superficie inferior y , con él, una amplia área de las encías.
Por lo general, los machos no se muestran agresivos unos con otros. En cautividad, su status relativo es establecido por el macho que se asocia así a la hembra más robusta. El macho sometido hace un continuo movimiento conciliador, consistente en mover hacia la derecha y hacia atrás el labio superior, con lo cual expone su rosada superficie inferior y , con él, una amplia área de las encías.
En estado salvaje, el gelada está restringido a la meseta abierta y desnuda de Etiopía que, con una altitud de 2500-4300 metros, se extiende por el norte y oeste de Addis Adeba. En esa misma área viven numerosos papiones, que obligan a desplazarse a los geladas cuando invaden sus territorios. Estos últimos parecen haber sido vencidos en su competencia con aquéllos hace mucho tiempo. Desde la etapa final del plioceno hasta la análoga del pleistoceno, los geladas se extendían por todo el África del sur y oriental, pero parece que fueron desplazados por los papiones hasta quedar reducidos a su pequeña área actual. Los geladas extintos han sido incluidos en el género Sinopithecus; pero, recientemente, C.J. Jolly ha demostrado que pertenecían a Theropithecus. Algunos alcanzaron enorme tamaño, aunque sus caninos -largos y aguzados en la especie viva, como en todos los monos del Viejo Mundo- era relativamente pequeños, en un caso típico de correlación negativa.